Hoy toca un arrocito,que lo vamos a cocinar en una paella. El pato es una carne que a quien le gusta aplaude por el gusto que le dá al arroz, pero tiene un sabor un poco fuerte que no le gusta a todo el mundo. A mí especialmente me gusta y soy fan del producto. A quien no le guste el pato, lo cambia perfectamente por pollo.
500 gr. de pato troceado
650 gr. de costilla troceada
500 gr. de acelgas
½ pimiento rojo a tiras
2 dientes de ajo
1 cucharada sopera de pimentón dulce
Briznas de azafrán
Colorante
2 tomate maduros rallados
1,2 l. de agua
Sal
Aceite
Aceite y puñado de sal a la paella, removemos y a fuego lento
freímos la carne hasta que quede dorada y crujiente.
Dejamos el centro de la paella libre para freír las tiras de pimiento. Las reservamos para adornar al final.
Para seguir con el sofrito, lo hacemos con el ajo que no se queme, el pimentón y el tomate. Removemos todo sin parar hasta que se evapore toda el agua del tomate y se concentre el sofrito.
Dejamos el centro de la paella libre para freír las tiras de pimiento. Las reservamos para adornar al final.
Para seguir con el sofrito, lo hacemos con el ajo que no se queme, el pimentón y el tomate. Removemos todo sin parar hasta que se evapore toda el agua del tomate y se concentre el sofrito.
Las acelgas, las tenemos limpias, sin el tallo y cortadas a groso modo con las manos, las añadimos y esperamos que disminuya su gran volumen por la perdida de liquido. Removemos sin parar que todo esté bien amalgamado.
A fuego fuerte los primeros 8-10 minutos. Disminuimos el fuego a
razón del líquido de la paella hasta cumplir 17-18 minutos. Con
tres más de reposo la suerte está echada.
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